La arquitectura no se puede definir solo como una creación de espacios o edificios. Se tiene que ir más allá, debe ser una buena relacion a las personas con el entorno y los materiales. Es básico entender los conceptos fundamentales que sirven para dar forma a cualquier proyecto arquitectónico entre ellos se encuentra el lugar, el espacio (orden), la función (utilitas), la materialidad y estructura (firmitas).
Lugar: Genius loci
El lugar es el punto de partida en cualquier proyecto arquitectónico. Va más allá de un simple emplazamiento geográfico, ya que tiene en cuenta elementos como el clima, la topografía, las características culturales y los valores históricos, esto es lo que se llama el genius loci. El arquitecto es el encargado de interpretar el lugar como un conjunto de condiciones y oportunidades, donde sus decisiones sobre diseño se ven influenciadas por:
- Aspectos físicos: La orientación solar, los vientos predominantes y la geología. Por ejemplo, un edificio en una región desértica requerirá un diseño que mitigue el calor extremo, mientras que en un entorno urbano denso puede buscar maximizar la luz natural.
- Aspectos culturales y sociales: Es muy importante tener en cuenta el carácter y la identidad del lugar. Si se proyecta un diseño ignorando o dejando las tradiciones culturales o sociales dará como resultado en un espacio ajeno o insensible. Por ejemplo, Alvar Aalto, se encargó de integrar las características naturales de Finlandia en sus proyectos, creando una simbiosis entre la arquitectura y el paisaje.
Para conseguir la integración en el lugar se pueden utilizar diversas técnicas como por ejemplo de la de contraste, camuflaje, organicismo o contextualismo.
Espacio: Orden
Hemos visto como el lugar ata a la arquitectura al mundo exterior, pues bien es el espacio quien se encarga de definir su dimensión interna. Se puede ver que desde los templos religiosos de la antigüedad hasta los rascacielos contemporáneos el control del espacio es la herramienta fundamental del arquitecto para influir en la percepción y experiencia del usuario. Podemos analizar el espacio arquitectónico desde distintas perspectivas:
- La escala: relación del tamaño del espacio con el cuerpo humano. Por ejemplo, una entrada amplia nos puede inspirar asombro, en cambio un pasillo estrecho nos puede generar intimidad o incluso asfixia.
- La proporción: relación entre las diferentes dimensiones del espacio. Esta se ha visto influenciada desde la antigüedad ya sea por teorías como la sección áurea o los módulos de Le Corbusier.
- La secuencia: La forma que experimenta el espacio a través del movimiento. La arquitectura barroca, por ejemplo, usaba secuencias espaciales para generar tensión.
Función: Utilitas
La función implica diseñar espacios que respondan a las necesidades de los usuarios y los contextos específicos. Es decir, como diseñar un espacio en un lugar cumpliendo con su finalidad. Como dice Louis Sullivan: “La forma sigue a la función”. Hay tres formas de funcionalismo:
- Mecanicista: es la relación directa entre la forma de las cosas y su función. No se busca la belleza si no simplemente la perfecta eficiencia mecánica.
- Orgánico: relaciona la forma con el sentido biológico adaptando la arquitectura a las actividades humanas y al medio social. Se adapta completamente al lugar como si formara parte de este.
- Moralista: relaciona la belleza y la utilidad que casi pueden confundirse.
Por ejemplo, la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe muestran cómo una funcionalidad mínima puede coexistir con la estética.
Materialidad y estructura: Firmitas
Los materiales son el lenguaje visible de la arquitectura, a través de ellos, las ideas y formas se convierten en realidad. Cada material tiene unas propiedades específicas y diferentes las cuales afectan su comportamiento estructural, a su durabilidad, su textura y su estética. Al seleccionar los materiales, el arquitecto debe considerar varias cosas, entre ellas:
- Las características intrínsecas o físicas: resistencia, forma, durabilidad, ductilidad, sostenibilidad y mantenimiento.
- El simbolismo: cómo los materiales pueden comunicar ideas. El hormigón, por ejemplo, transmite solidez y modernidad, en cambio la madera insinúa calidez y conexión con la naturaleza.
- La adaptabilidad al lugar: teniendo en cuenta la disponibilidad y relación con el lugar. Por ejemplo, al utilizar materiales locales no solo reduce el impacto ambiental, sino que también liga el diseño con su contexto cultural.
Forma: La síntesis de todos los elementos
La forma es la composición externa de las cosas, su figura. Es el resultado de la interacción entre lugar, espacio, materialidad y función, y es normalmente lo que primero percibimos de un edificio. La forma debe ser la composición lógica y creativa desarrollada a través de la combinación de otros conceptos: ritmo, eje, simetría, jerarquía, modulo, malla, movimiento, unidad centralidad, equilibrio, límite, luz, contraste, color, textura, proporción, escala.
Conclusión
La arquitectura es un acto de equilibrio. El lugar, el espacio, la materialidad y la función no pueden ser conceptos aislado; se relacionan para dar forma a proyectos que son técnicos, prácticos y profundamente humanos. Cada diseño es una interacción entre estos principios fundamentales y la propia visión del arquitecto.
En palabras de Tadao Ando: “La arquitectura debe hablar de su tiempo y lugar, pero anhelar la eternidad”.
REFERENCIAS
ArchDaily – https://www.archdaily.com
Dezeen – https://www.dezeen.com
Architectural Review – https://www.architectural-review.com
Academia.edu – https://www.academia.edu
Plataforma Arquitectura – https://www.plataformaarquitectura.cl